martes, octubre 31, 2006

Espionaje élfico.

Señores, señoras, he regresado después de los monólgos del amigo Apolo en estos días aciagos que corren actualmente en este nuestro país, continente, mundo y galaxia.
Me he estado basando sobre una muestra de personas para elaborar esta pequeña tontería que voy a poner y que algunas esperaban con especial impaciencia, aunque digo, no es nada relevante, pues puede ser calificado como "soberana estupidez" o "valiente tontería".
El conservatorio de Cartagena son cuatro paredes llenas de profesores, alumnos y... alumnas, con A. Por supuesto, hay cuartos de baño. Sí, ya lo veo, noto que lo vais sabiendo. Lo huelo en el aire; lo siento en las teclas; lo noto en mi teclado...
Las mujeres van al baño de dos en dos. Eso es lo que afirmaban en tiempos remotos. Lo cierto es que era una gran verdad. La historia se convirtió en leyenda; la leyenda en mito; y el mito ha sido repetido una y otra vez, con los pasmosos resultados que son los que son (que diría nuestro amigo P.B): que efectivamente, las mujeres van al baño de dos en dos.
Pero según he observado, cada vez son menos frecuentes los dobles encuentros. He conseguido hacerme con unas orejas extensibles (consistentes en un muro en el baño de los chicos que separa ambas dos estancias). Tras introducirme en el sitio, he observado con estupefacción que la leyenda continúa siendo cierta: dos chicas hacían su irrupción en el baño de al lado, el de ellas.
Y entonces me dije: "Bueno, ya es hora de comprobar si ellas tienen razón en la jartá de chorradas que nos contaron".
Y lo comprobé, ¡hombre si lo comprobé! Esto fue lo que nos contó Ghanya en su día:

"Vamos a poneros verdes. Tenemos que reconocerlo, nosotras os ponemos verdes, vosotros nos provocáis con vuestros comentarios

Vamos a hablar de ligues. Una cosa es que sigamos vuestras bromas, otra muy diferente contaros “la cita de anoche”, eso se habla en el baño con una amiga.

Puede que nos pretendamos dejar simplemente el pintalabios, el brillo o la sombra de ojos
¿Por qué no puede ser una coincidencia? igual ambas tenemos ganas de ir al baño"
Pues bien, según la conversación que yo escuché, y sabiendo (porque lo sabía) que ambas dos muchachas que estaban en el baño de al lado eran buenas amigas, distinguí el tema principal de la conversación: "la clase de orquesta del viernes que viene". Oye, tú te has mirado esto, Pues no tía, qué va... qué dices pero si es fácil... Y cosas similares. Doy fe que nadie se enteró de que yo estaba escuchando.
¡Una joya el muro, miren ustedes!
Luego estuve apostado en la silla, antes de la clase de Análisis de las 19:30 h, mirando la puerta del baño, que desde la conserjería se veía perfectamente. Cuál fue mi estupor al ver que en el tiempo que estuve observando entraron 3 chavalas, ¡INDIVIDUALMENTE! Me quedé con la boca abierta.
Claro que desde mi posición no observaba el otro baño.
Sabéis... creo que tendré que dedicarme a montar guardia en las escaleras del fondo, fingiendo que miro con inusitado interés una partitura de una fuga del siempre grande Johann Sebastian Bach.